miércoles, 10 de junio de 2009







Crónica
Son pocas las instituciones las que tienen los mejores recuerdos de arte en la ciudad de pasto


La casona de taminango sostiene las mejores artesanías de nuestros ancestros en Pasto-Nariño

Solo son unos pocos minutos para lograr a entender y conocer como nuestras grandes riquezas tradiciones y culturales se han llegado a carecer en las vidas de cada nariñense



Solo era las 2: 30pm en la ciudad de Pasto y siendo un martes 9 de junio después de un día caluroso, se llevaba a cabo el comienzo de la misma rutina en la casona de taminango con don Víctor quien desempeña muchas labores en el museo y que junto con Lily Patiño quien es la guía de este hermoso lugar y quien dice llevar ya 14 años de trabajo en esta casona son los encargados de guiar a cada uno de los habitantes de la ciudad que suelen acudir a este museo. Tan solo es cruzar la puerta de entrada y el ambiente de este lugar se empieza sentir, con una sensación del estar en los años más antiguos que pueda uno imaginarse.



El inicio de un día, como el de víctor y Lily es de gran desempeño para empezar una rutina en la que ellos ya cuentan y saben la creación de aquel lugar, pues así lo expreso Lily, mediante sus palabras diciendo que la casona de taminango era una de las pocas construcciones que le quedaban a pasto de los momentos coloniales.

Realmente lo sorprendente es ver la cantidad de objetos antiguos que se encuentran en este lugar, como seria lo increíble el pensar que esta casona fue habitada en el siglo XVII y que realmente perteneció al señor Alfonso Pérez, pero aquel mal estado de esta casona en aquellos tiempos era tremendo, con lo que su techo y paredes de barro ya se derrumbaban.

La casona que todos solían conocer en el siglo XVII, fue adquirida por la señora Catalina Morgan, ya que ella vio como esta estaba en mal estado, pero gracias a ella la casona de Taminango llego a ser reconstruida y mediante el decreto N.2000 de 1971 fue declarada monumento nacional, pues de aquel tiempo la casona de Taminango empezó a ser uno de los museos mas importante en Colombia y lo mejor que pudo suceder fue que el museo empezó a recibir objetos valiosos e importante donde la cultura de nuestros antepasados se logran tener en pie durante nuestro presente.

















Víctor en un momento comento sobre la imprenta de fabricación Frances, una maquina traída a Pasto desde los años treinta por el doctor Leopoldo López, pues esta maquina había sido muy útil en aquellos años para la impresión de carteles y al igual mostró aquel “pondo” el cual era muy curioso al verlo, por su elaboración es echo en arcilla y que era utilizado para la filtración de agua.



Cada lugar de la casona de Taminango tiene muchos materiales y objetos antiguos, los cuales demuestra que fueron de buena utilidad para el trabajo de aquellos años pasados, así como unos de ellos que se encuentra en una de esas habitaciones los cuales eran trabajos tanto para el hombre y la mujer. La “guanga” que era un trabajo para la mujer poder tejer en el y lograr realizar ruanas y cobijas, pero claro el hombre no se queda atrás este utilizaba “las cañuelas y lanzaderas” con la que se elaboraba ruanas, ponchos, mantas, chalinas y cobijas de lana, pero quien diría que estas maquinas fueron cedidas al museo por Miguel Ángel Puerre hace ya a finales del siglo pasado.



Uno jamás logra a pensar que la ciudad de pasto trabaja con madera, pero aquí se conoce como si nuestros antepasados lo hicieron y como realmente uno se da cuenta que esto se ha ido perdiendo, pues, ¿será posiblemente por la tecnología o porque cada vez perdemos nuestra cultura?

Pero bueno aquí se ve como la “talla de madera” era lo que hacia a Pasto un pueblo de talladores, que tradicionalmente pertenecen al eje de artesanos y que la madera mas utilizada era el cedro, pero ya para otros trabajos menos valiosos se utilizaba la pantala y el sajo, con lo que se llegaba a construir chapas, botones, trompos, yoyos, carretos y hasta cierras de san José, pero a donde se fue todo estos objetos de madera? pues esto es algo curioso, como para llegar y sentarse a pensar el por que ya no se ve todo esta tradición y son pocos los que la utilizan.




Un lugar maravilloso se encuentra en esta casona de taminango y es el entrar a un lugar oscuro que produce temor y da la sensación como el de estar en una cocina de un campesino, pero esto no es lo que realmente parece ser, pues se da la sorpresa de encontrarse con una variedad de pailas y objetos extraños, la cual la señora Lily señalo y dijo que esta parte era la pailería y que se encontraba gran variedad de pailas y hasta contó que un señor llamado Recalde era quien había sido el primer pailero y que al igual por su trabajo este señor invento un “fuelle” el cual servia para soplar fogón y llego hasta ser un instrumento de gran importancia, pero como será esto tan increíble saber que lleva mas de 200 años de fabricado y que paso por varias generaciones en la familia Belalcázar hasta llegar ser obtenida por don Primitivo quien después de un tiempo la cedió al museo.




La casa de taminango no tan solo obtiene objetos antiguos si no que al igual tiene pequeños recursos naturales y esas son las plantas medicinales, pues la verdad en este sector se siente una tranquilidad y el olor de las plantas son diversos, ya que en este pequeño lugar se encuentra plantas como albahaca, amapola, borraja, romero, manzanilla, ruda y otra variedad de plantas, que lo dejan a uno con una ganas de llegar y tomarse una pequeña taza de aromática.






El gran museo de la casona de taminango trae a cada una de las personas buenas impresiones, pues así lo dice doña Lily quien ve que las buenas impresiones siempre esta en las personas que entran a este lugar y al igual lo comento don Pablo Morillo quien es el director y presidente del museo, por lo que da entender en su charla que todo habitante sea ya de la ciudad o de otro lado siempre será bienvenido a este lugar y que siempre se sientan como si se tratase de su casa.



En la casona de taminango se sostiene los grandes recuerdos de aquellos personajes quienes ocuparon la junta directiva en este lugar, en donde Pablo Morillo, es el presidente quien se ocupa del buen funcionamiento de la casona , pero de todas maneras este es un lugar que llena de sorpresas a la curiosidad de todo persona, por lo que realmente vale la pena contar con solo una hora para conocer el gran pasado de un pequeño pueblo llamado Pasto y que en el día de hoy es una gran ciudad, como la es reconocida ciudad sorpresa.




Autor: Alexander Congotte.
Comunicación social – composición escrita.

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